frontsocialYa lo habían previsto. Fuera el que fuera el resultado electoral la noche del 7 de mayo, saldrían a golpear las calles desde el primer minuto al día siguiente. El colectivo Frente social, que agrupa a organizaciones sindicales y sociales, mantuvo su promesa y dio la primera contestación en París sin conceder el más mínimo tiempo de gracia a Emmanuel Macron. “La campaña presidencial acaba de terminar. La nuestra, nuestra campaña de calle, ¡comienza hoy!” Mickaël Wamen, de la CGT Goodyear de Amiens, resumía el estado de ánimo en la plaza de la República el lunes 8 de mayo.

El Frente social había llamado durante el periodo entre las dos vueltas a la “primera movilización social del próximo quinquenato, ya sea de la peste o del cólera, antes de que llegue al poder”. ¿Con qué objetivos se constituye un frente de lucha antes incluso de saber si será Marine Le Pen o Macron quien regirá los destinos de la clase trabajadora francesa? En el comunicado de la convocatoria del 22 de abril, antes de la primera vuelta, se define como “una coordinación de sindicatos de la CGT, de Sud y de la FSU, asociaciones y colectivos”.

Éste no dio consigna de voto para la segunda vuelta y agrupa a la vez a quienes tienen ilusión de que Macron sea un baluarte contra el odio, a l@s que se abstendrán, votarán blanco o nulo, pero están convencid@s de que “es en la calle en donde se gana porque todo lo que hemos conquistado como derechos ha sido obtenido a través de nuestras luchas, nuestras huelgas y nuestras movilizaciones en la calle”. Para la convocatoria del 8 de mayo de bienvenida a Macron el Frente social llamaba a tod@s l@s que si sitúan en la continuidad de la lucha por la derogación de la Loi travail y contra todas las represiones.

El propósito mostrado por los coordinadores del movimiento es decidido y claro: constituir un frente de lucha contra Macron, nuevo presidente de la República francesa. El 22 de abril el Frente Social se presentaba para sacudir la paz electoral y los ecos de su movilización apuntaban a que su objetivo era llegar para quedarse. Había organizado una manifestación en París de más de 2000 personas, donde llamaban a derribar a los 2 candidatos. Hoy la ambición del movimiento es convertirse en el primer actor de oposición a las medidas del gobierno.

El Frente Social nació de la decepción del abandono de la lucha contra la Loi Travail. Fue el pasado 16 de febrero, tiempo en que los partidos se dedicaban a iniciar sus primarias, cuando miembros de varias federaciones locales de sindicatos se reunieron en el teatro de la compañía Jolies Mômes, en Saint-Denis, para decidir darle una continuación al movimiento. Una semana más tarde, en un pequeño comité, se acuerda la idea de una manifestación el día anterior a la primera vuelta de las presidenciales.

Actualmente el movimiento reúne aproximadamente  a 70 organizaciones, colectivos y otras asociaciones procedentes del sindicalismo radical, colectivos en defensa de l@s refugiad@s e incluso del movimiento contra las violencias policiales. Hay una cierta continuidad lógica de la Nuit Debout. Están presentes la CGT info’com, la CGT Goodyear, la CGT energía de Paris, las federaciones de Sud de comercio y correos, las asociaciones Droits devant, Urgence notre police assassine e incluso algunas federaciones locales de la UNEF, la Unión nacional de estudiantes de Francia, se han integrado en el Frente social.

Si las banderas de los sindicatos el 22 de abril y el 8 de mayo fueron numerosas, la movilización no fue apoyada por las centrales sindicales y ninguna llamó a manifestarse. Las direcciones se muestran cautelosas respecto al Frente social e incluso reacias, pusieron fin en su momento al ciclo de lucha contra la Loi travail tras el verano y no tienen por ahora ninguna visión a largo plazo. Dicen no saber qué medidas va a adoptar Macron. Philippe Martínez, líder de la CGT, dijo el 1 de mayo no reconocerse en un cartel del Frente Social que comparaba al presidente y Le Pen con la peste y el cólera. “Yo no sé vosotr@s, pero cuando escucho al secretario general de Sud decir que no hace falta dar una oposición en el frente sindical en este momento, pues jode” señalaba Gaël Quirante, de Sud correos, en la manifestación del 8 de mayo.

Los coordinadores del Frente social se han reunido esta semana para preparar un encuentro nacional entre tod@s l@s simpatizantes del movimiento el 10 de junio. También preparan ya una nueva movilización el 19 de ese mes delante de la Asamblea Nacional pero que salga un poco del esquema de la manifestación tradicional. Para Romain Altmann, responsable de la CGT info’com, se trata de dar un empujón al sindicalismo y de establecer una coordinación horizontal, con decisiones desde la base y no dar una respuesta sistemática a lo anunciado por la dirección del sindicato. “Ya no vamos a movilizarnos como reacción a algo, sino que tomamos la iniciativa”.

Una iniciativa que parte del sindicalismo combativo, de las brasas de los meses de intenso combate contra la Loi travail y del esfuerzo en coordinar las luchas por sectores militantes en la Nuit debout, sale a la ofensiva entre las elecciones presidenciales y legislativas y pone en dificultad a las direcciones sindicales que buscan contemporizar con el gobierno de Emmanuel Macron, que ya anuncia reformar por decreto la legislación laboral. Quienes se agrupan en el  Frente social no van bajar la cabeza en estas primeras semanas de quinquenato, sino que se ponen “En Marcha hacia la guerra social”, como decía una pancarta el 8 de mayo.