Casi 500.000 personas se manifestaron el primer fin de semana de diciembre en toda Francia contra esta ley llamada de “Seguridad global”. En París fue un verdadero maremoto. Multitudes compactas y decididas por todas partes, con muchos jóvenes, gritando su rabia contra la policía, el racismo estatal y este gobierno decididamente mucho más ocupado en aplastar nuestras libertades y reprimir a los que se manifiestan que en protegernos de la violencia. pobreza, precariedad y la pandemia de Covid-19.
En pocos días, el desbordamiento de imágenes que mostraban la violencia desenfrenada y el racismo de la policía dio aún más razón y ganas de salir masivamente a la calle a tod@s aquell@s que no quieren que se les prohíba filmar y retransmitir este tipo de imágenes tan recurrentes. Primero, el lunes pasado fueron las imágenes de policías golpeando a jóvenes refugiad@s migrantes y robándoles sus tiendas de campaña en la Plaza de la República, en París. Luego, el jueves, los de la videovigilancia del estudio de grabación de Michel Zecler, un productor musical que es golpeado largamente por ser negro. Quince minutos de golpes de porra e insultos racistas. Luego vemos el estudio asaltado con botes de gases lacrimógenos, gracias a los vecinos que capturaron toda la escena. Frente a las descaradas mentiras de la policía sobre el transcurso de los hechos, ¡afortunadamente hubo fotos!
Las leyes estatales de racismo y seguridad van de la mano
¡Por eso el gobierno quiere prohibirlos! Porque son las imágenes las que cristalizan la revuelta, como en EEUU con el insoportable video de la muerte de George Floyd. Esta violencia policial no es una excepción ni un “borrón y cuenta nueva”. Son habituales. Los conocemos en los barrios populares, como nos recuerda el caso Theo, que pronto será juzgado. También los vivimos durante las luchas contra la reform laboral de Hollande y Valls en 2016, en las manifestaciones o junto a los chalecos amarillos durante 2018, en 2019 contra la reforma de nuestras pensiones.
Hace unos años que unas moviilzaciones se encandenan con otras y el gobierno Macron responde con mayor represión, cuyos medios militares y legales están mejorando: botes de gases lacrimógenos, violencia policial, a lo que se suman leyes, decretos o reglamentos más o menos legales destinados a disuadirnos de ir a expresar nuestra rabia y demandas. No es sólo el artículo 24 lo que debe aclararse, como toda la pensa internacional recogió, ¡sino toda la ley de Seguridad Global! Tampoco queremos drones sobre nuestras cabezas cuando protestamos, no queremos que se utilicen dispositivos de “reconocimiento facial” para archivarnos en las reuniones.
¡Amplifique la movilización hasta que se retire la ley!
Ante la actual crisis sanitaria, su catastrófica gestión, la falta de recursos en los hospitales, reducción de salarios, precariedad despedida, la situación social seguirá endureciéndose. Las cifras de despidos masivos que se anuncian todos los días son una señal de un aumento terrible del desempleo y una caída drástica de nuestro nivel de vida. “Iremos hasta la retirada”, corearon l@s manifestantes este fin de semana. Retirada del artículo 24, retirada de toda la ley, retirada del ministro de Interior y los demás ¡y retirada de su política sucia de hacer que l@s más pobres paguen la crisis!
Debemos amplificar la movilización y volver a salir a las calles en masa las proximas semanas. Son jornadas que también estarán marcada por numerosas manifestaciones contra el desempleo y la precariedad. Debemos globalizar nuestra ira, levantarnos juntos en las calles y preparar un nuevo movimiento de huelgas y bloqueo de la economía porque es toda la política antisocial de este gobierno la que hay que detener.