El pasado 16 de enero era investido Juanma Moreno como presidente de la Junta de Andalucía, después de 36 años de gobierno del PSOE y tras un acuerdo a tres bandas entre PP, Ciudadanos y Vox para consolidar una mayoría de derechas en el Parlamento andaluz, como ya cabía esperar tras los resultados de las elecciones del 2 de diciembre.
¿Por qué Juanma Moreno es presidente de la Junta de Andalucía?
Los resultados electorales de las fuerzas políticas de la derecha en Andalucía pueden explicarse atendiendo a dos elementos. En primer lugar, los años de políticas neoliberales del PSOE en Andalucía, que han favorecido en todo momento a las clases pudientes en detrimento de las condiciones de vida de los y las trabajadoras andaluzas. El enchufismo, las redes clientelares formadas, la corrupción, la destrucción-privatización-externalización de los servicios públicos, el abandono de la tierra en manos de grandes terratenientes, etc., se suman a la precariedad, los bajos sueldos, el gran número de desemplead@s y otras muchas cuestiones que se incrementan aún más desde que empezara la crisis en 2008, para dejar claro a los y las trabajadoras que las políticas del PSOE no les van a sacar de la crisis sino más bien todo lo contrario.
En segundo lugar, unas fuerzas políticas a la izquierda del PSOE cuya orientación fundamental ha sido buscar un acuerdo con esta fuerza para gobernar en Andalucía. Los y las andaluzas ya vivimos los resultados del gobierno de pacto entre PSOE e IU, donde las políticas no se movieron ni un ápice a la izquierda. Actualmente vemos cómo Podemos está apoyando al gobierno de Pedro Sánchez y no es capaz de proponer una política propia dirigida a los y las trabajadoras. Por mucho que Adelante Andalucía quisiera diferenciarse de las políticas del PSOE, no habría duda de que votar a día de hoy a Podemos suponía conformar un gobierno de pacto con el PSOE y por tanto evitar su salida de la Junta de Andalucía.
La izquierda reformista no es capaz de proponer una verdadera alternativa a los y las trabajadoras andaluzas. Además, el descrédito que se produce por parte de la masa votante de Podemos hacia esta organización es algo ya notable en todos los niveles, no solo en el andaluz, algo que se refleja en los pasados comicios, además de en la bajada de votos, en el aumento tan importante de la abstención, factor que ha permitido que Vox acceda con 12 escaños al Parlamento andaluz.
Mención aparte supone el éxito de Vox. Sostenemos que no se ha producido una derechización de la sociedad andaluza tal como se transmite. Los datos muestran que los votantes de Vox proceden fundamentalmente del PP y, a nivel social, de los barrios más pudientes. La extrema derecha gana votos por varios motivos. Primero, por la crisis de la derecha (fundamentalmente por la salida a la luz de algunas de las redes criminales de corrupción que han fomentado durante años en diversos territorios del estado) que ha supuesto una división del voto del PP en tres: PP, Ciudadanos y Vox.
En segundo lugar, por un discurso alimentado durante años por el PP donde el flujo de migrantes debe estar supeditado a las necesidades del mercado laboral y que los/as ha utilizado como chivo expiatorio de la crisis; discurso que Vox viene a rescatar sin tapujos y que conecta con los votantes más derechosos del PP como para desplazar su voto. Tercero y no menos importante, el resultado de la crisis catalana en Andalucía.
Vox ha sabido conectar con el españolismo más carca, alimentado durante años no solo por la derecha, también por el PSOE. La responsabilidad de la izquierda reformista de Podemos e IU en este plano es también de vital importancia. La defensa de la unidad de España solo ha terminado favoreciendo el florecimiento y reforzamiento del españolismo, que en nada es progresista ni solidario, sino regresivo en todos los aspectos; por supuesto, la izquierda reformista no ha contribuido en ningún caso en la construcción de un movimiento de solidaridad con el derecho a decidir en Catalunya, dejando todo el camino abierto a que prosperara el españolismo más recalcitrante.
¿Qué gobierno cabe esperar de esta investidura?
Los acuerdos firmados por el PP ya dejan entrever lo que va a defender este gobierno durante los próximos 4 años. Realmente es un acuerdo a 3 bandas, aunque Ciudadanos no quiera asumir públicamente el acuerdo con Vox y sea el PP el que da la cara en este sentido. Ambos documentos (por un lado, el acuerdo entre Ciudadanos y PP, y por otro, el acuerdo entre Vox y PP) están de acuerdo en la mayor parte de las medidas que se proponen. En materia económica, el texto es casi idéntico, estableciéndose mayores diferencias en elementos más simbólicos y tradicionales como la defensa de la tauromaquia o la caza que sí aparecen en el acuerdo con Vox y no en aquél con C’s.
En materia económica, ambos acuerdos repiten una y otra vez el “compromiso con la estabilidad económica, la eficacia, la eficiencia y la suficiencia financiera como principios rectores de la programación presupuestaria y la gestión económica de los recursos públicos” sin aludir en ningún momento a la necesidad de ampliar la financiación de los servicios públicos o de las administraciones. Toda su política económica se basa en luchar contra la corrupción en la Junta de Andalucía (paradójico viendo quién lo propone), favorecer la colaboración público-privada (es decir, profundizar en la política de externalización de servicios públicos), en “hacer más eficaz” a la administración….
Pretenden reducir listas de espera de la sanidad, acabar con la precariedad o mejorar los recursos de la educación, sin invertir ni dotar un solo euro. Además, como ya la Marea Verde de Andalucía ha señalado, la política que defienden en materia de educación va destinada a favorecer el trasvase de recursos a la educación concertada-privada para reducirlos de la educación pública, aludiendo al discurso de “la libre elección de centro educativo por parte de los padres”.
En materia laboral, el acuerdo PP-Vox plantea en su primer punto: “El objetivo político prioritario del gobierno de la Junta de Andalucía será la creación de empleo de calidad”, algo que no aterriza con ninguna medida concreta. El texto de PP-Ciudadanos es más claro en este aspecto: “Los trabajadores autónomos siguen siendo nuestra prioridad. Apoyaremos a todos los trabajadores autónomos de Andalucía para que puedan seguir creando riqueza y empleo en nuestra comunidad”. No se habla en el texto de los y las trabajadoras, sino del empresariado, aunque quieran camuflar la cuestión hablando de “trabajadores autónomos”. Su planteamiento de generación de empleo se reduce a dar bonificaciones a las empresas para que contraten a parad@s de larga duración.
Diferencias aparentes (aunque no reales) encontramos en materia de inmigración, que ni siquiera aparece en el acuerdo con C’s, salvo en el punto de apoyar a la policía de fronteras con los recursos que requieran; sin embargo, ocupa parte importante en el acuerdo con Vox, en el que aparece de forma clara una limitación de la sanidad a l@s migrantes, aunque con el discurso de la lucha contra “el turismo sanitario”, o en el punto de supeditar la migración a las exigencias del mercado laboral en cada momento, preservando la “cultura occidental”.
En definitiva lo que nos interesa es mostrar en términos generales qué va a defender este gobierno: no es su objetivo generar empleo, invertir en servicios públicos, ni en políticas destinadas a mejorar la vida de los sectores más empobrecidos o marginados, sino hacer un trasvase de fondos públicos a las empresas privadas, apoyar a la patronal y seguir profundizando en las políticas de degradación de los servicios públicos y en la “flexibilización del empleo”, políticas que ya llevaba a cabo el PSOE pero que previsiblemente van a ser más profundas con este gobierno.
Hay que organizarse y luchar contra este gobierno
En un contexto donde las políticas reaccionarias ya emprendidas desde hace años por el PSOE se van a profundizar con este gobierno en Andalucía y donde la izquierda reformista, tanto en su vertiente política como en la sindical, no pretende realmente levantar una alternativa para salir de la crisis de modo favorable a la clase trabajadora y terminan siendo la muleta de un PSOE neoliberal, l@s revolucionari@s tenemos una mayor responsabilidad que nunca de construir desde la calle un movimiento de l@s trabajador@s que ponga en el centro las reivindicaciones que realmente permitan la creación de una alternativa y que ayuden a frenar con ello el avance de las organizaciones de la extrema derecha.
Tenemos que denunciar a las burocracias sindicales que terminan por reconducir las luchas de l@s trabajador@s a acuerdos desfavorables con las patronales, en lugar de trabajar por la unificación de la gran cantidad de conflictos laborales que hoy existen en el Estado español, que juntos tendrían una gran capacidad de arrancar victorias a la patronal. Hay que denunciar también los intentos de la izquierda reformista por reconducir la autoorganización y la movilización a las instituciones, que ya han mostrado, por ejemplo mediante los mal llamados “gobiernos del cambio”, que no sirven para lograr victorias concretas. Y, por supuesto, tenemos que movilizarnos frente a las políticas de la derecha pero sin hacer olvidar a los y las andaluzas que las políticas del PSOE en poco se diferencian de las de ésta.
Las movilizaciones que se están dando en la calle tienen que continuarse hasta generar un movimiento organizado y sostenido en el tiempo en Andalucía, que tenga capacidad de presionar desde la calle y que por tanto sea independiente del PSOE (que ahora llamará a movilizarse contra la derecha) y de las burocracias sindicales y políticas del reformismo. El próximo 28 de febrero tenemos en Sevilla una cita ineludible para seguir construyendo este movimiento, donde l@s revolucionari@s tenemos un papel central y por tanto tenemos que reflexionar conjuntamente sobre cómo actuar y tejer alianzas.
Por último, este movimiento debe ser la mecha de un movimiento a escala estatal, como se demostró con la movilización en Madrid el día 15 de enero. Igualmente es una tarea construir la huelga general feminista por el conjunto de l@s trabajador@s del próximo 8M y defender el feminismo de clase y combativo. Además de construir una alternativa obrera a la crisis, la movilización puede poner los mimbres para pelear contra el avance de la extrema derecha a nivel estatal, pues a nadie se le escapa que los resultados que Vox en Andalucía son solo un anticipo de lo que va a suceder en otros territorios del estado.