Lo estético, como relación peculiar entre el hombre y la realidad, se ha ido forjando histórica y socialmente, en el proceso de transformación de la naturaleza y de creación de un mundo de objetos humanos; es decir, en la actividad práctica social, La concepción estética de Marx, como toda su filosofía, se mueve en un plano radicalmente distinto al de la estética idealista de Hegel, al vincular lo estético con la práctica,

La práctica para Marx es la acción del hombre sobre la naturaleza, acción que por ser consciente no sólo transforma la naturaleza, sino al hombre mismo. Este poder humano de transformación, de producción, que se pone de manifiesto, ante todo, en el trabajo humano, se manifiesta asimismo en el arte, o sea, en la creación de esos objetos singulares que son las obras artísticas.

El Arte sino esta moldeado por el hombre no existe, es decir una puesta de sol no es arte, puede ser bonito, te puede gustar , impresionar, pero no esta moldeado por  el hombre, no es arte.

En este sentido aparece la enajenación que  se traduce en un empobrecimiento o pérdida de la esencia humana, y aparece histórica, socialmente cuando el proceso de transformación de la naturaleza por el hombre mediante el trabajo, que es el que eleva al hombre sobre su ser natural, cambia de signo en virtud de la propiedad privada sobre los medios de producción.

0En la Ciencia humana se persigue la “medida objetiva del objeto mismo”, es decir, penetrar en su esencia, haciendo abstracción de sus relaciones casuales, singulares, el sujeto no sale de la esfera del objeto  hace abstracción de sí mismo, de su mundo interior, para poder penetrar así en la esencia del objeto. Tal es el precio que ha de pagar por alcanzar la universalidad. La actitud científica supone una apropiación del objeto por el sujeto para satisfacer necesidades humanas, a las que responde también la actividad” práctica material que transforma al objeto. La ciencia es, por ello, producción o creación humana, pero el hombre no se expresa directa, inmediatamente en esta creación suya.

En el Arte  no se sacrifica lo singular a lo general y se capta el objeto como dominio de la experiencia inmediata.el hombre despliega toda la potencia de su subjetividad, de sus fuerzas humanas, como individuo que, a su vez, forma parte de una comunidad, es decir, como ser social. El arte dice lo que la ciencia calla. Mientras que la ciencia tiende a borrar la huella del sujeto en el objeto científico -verdad, teoría, ley, concepto, etc.-, el arte pretende que el sujeto se afirme o exprese en el objeto estético. Y esta afirmación o expresión del hombre, que la ciencia no puede lograr, es el fin que persigue la “creación conforme a las leyes de la belleza” de que habla Marx en los Manuscritos economicos-filosoficos de 1844. Y Marx llega a ello a partir de una crítica de la concepción hegeliana de la objetividad y del examen de las relaciones entre sujeto y objeto sobre una base real, concreta, histórico-sociaI.

Y esto es  una contribución de Hegel y Marx lo reconoce como la valiosa aportación que representa la tesis del hombre como producto de su propio trabajo, pero este primero concibe el trabajo “como la esencia, como el ser del hombre que se hace valer; sólo ve el lado positivo del trabajo, pero no su lado negativo.” y esto es porque Hegel no entiende la realidad como tal , no se trata de una oposición entre el sujeto y un objeto exterior a él, sino entre la conciencia y el conocimiento que tiene de sí misma (de ahí su idealismo absoluto)

Por lo tanto para Marx el hombre solo podía trascender su inmediatez natural, transformando a la naturaleza y transformando a la vez su propia naturaleza,es decir, por medio del trabajo, objetivándose.La enajenación,en cambio,se produce en cierta situación  el Capitalismo cuando el hombre remontándose sobre su ser natural, es ya un ser natural humano,y se produce justamente como pérdida de su esencia humana,como desnaturalización o degradación de lo humano. Se ha enajenado y no es libre por lo tanto excepto para cumplir con sus necesidades humanas elementales.

Hegel ha subrayado el papel de lo humano en el arte y de ahí el alto valor que atribuía al arte clásico, pero, en definitiva, de su estética se desprende que el arte se hace por el hombre, pero no para el hombre

En cambio para  Marx el hombre es ser natural humano, o sea, un ser natural que se define como hombre no por una ruptura con la naturaleza, sino remontándose sobre ella, superándola en esta doble dirección: fuera de sí mismo, actuando sobre la naturaleza exterior, transformándola, creando un mundo de .objetos humanos y en si mismo transformándose creando una sensibilidad humana . La actividad que permite esta doble transformación -exterior e interior- es la actividad práctica material, el trabajo humano. Esta doble transformación entraña, a su vez, una doble liberación: respecto de sí mismo, de su necesidad subjetiva, natural, y respecto .de la naturaleza, hacia la cual, en cuanto ser natural, se comportaba pasivamente.

Gracias al trabajo, en cuanto actividad práctica consciente en la que se establece una relación mediata entre el sujeto y el objeto, el hombre puede detenerse ante el objeto, rodearlo, contemplarlo, o bien anticipar el objeto real como imagen ideal, es decir, imaginarlo. Sin esta capacidad de contemplar el objeto, o sea, de establecer una distancia entre el sujeto y el objeto, no habría propiamente percepción estética, captación de un objeto con sus cualidades estéticas. Sin la capacidad de anticipar lo real idealmente, no habría propiamente creación de objetos humanos y, por tanto, de ese tipo de objetos que requieren una mayor capacidad de anticipación o imaginación,que son las obras de arte.

1En esta capacidad del hombre de objetivar, mediante el trabajo, sus “fuerzas esenciales”, es decir, de crear objetos que expresan su esencia, reside la posibilidad de crear objetos, como las obras de arte, que elevan a un grado superior la capacidad de expresión y de afirmación del hombre en el mundo objetivo, desplegada gracias al trabajo.

Así, pues, el trabajo artístico no se diferencia del trabajo ordinario porque éste se haga buscando una utilidad y aquél por desinterés, por puro placer o juego, sino porque la actividad artística tiende a liberarse de la utilidad estrecha, unilateral para dejar paso a una utilidad general humana, de carácter espiritual. “La necesidad o el espíritu, por tanto, han perdido su naturaleza egoísta,y la naturaleza ha perdido su simple utilidad en virtud de que la utilidad se ha convertido en utilidad humana. En definitiva la obra de arte no hace más que expresar en toda su plenitud y libertad el contenido espiritual, humano que, en forma limitada, se despliega en el producto del trabajo

El hombre se apropia la riqueza de su ser, de su naturaleza, apropiándose la naturaleza. Pero el hombre solo puede apropiársela contrayendo determinadas relaciones con los demás hombres,en el marco de determinadas relaciones de producción.

De ahí que el artista no pueda producir respondiendo a una necesidad exterior, convirtiendo su actividad en una actividad que le sea extraña, impuesta desde fuera, ya que entonces no satisface su necesidad interior de desplegar su riqueza humana; su actividad deja de ser un fin para convertirse en medio. Pero sólo cuando el artista crea libremente –es decir, respondiendo a una necesidad interior- puede encaminar su actividad al verdadero fin del arte: afirmar la esencia humana en un objeto concreto-sensible.

Pero estamos en el Capitalismo y en la sociedad capitalista, la obra de arte es “productiva” cuando tiene un valor de cambio, cuando se destina al mercado, cuando se somete a las exigencias de éste, a las fluctuaciones de la oferta y la demanda. Y como no existe para la obra de arte una medida objetiva que permita determinar el valor de esta mercancía peculiar,  el artista queda sujeto a los gustos, preferencias, ideas y concepciones estéticas de quienes influyen decisivamente en el mercado.”el capitalismo es hostil a algunas ramas de la producción,como el arte y la poesía”. diría Marx.

2Pero la fuente de la enajenación que amenaza también al arte está fuera, es, ante todo, una enajenación económico-social; por tanto, de acuerdo con Marx, sólo un cambio en las relaciones sociales,puede hacer que el trabajo humano recobre su verdadero sentido humano y que el arte sea el medio de satisfacer una alta necesidad espiritual y no simple medio de subsistencia material, física. De ahí que la salvación del arte esté,en definitiva, no en el arte mismo, sino en la transformación revolucionaria de las relaciones económico-sociales que hacen posible la degradación de la producción artística al caer bajo la ley general de la producción mercantil capitalista.

Por lo tanto lo que Marx estableció que la práctica del Arte, como actividad material consciente del hombre, como mediación necesaria entre el hombre y la naturaleza, y entre hombre y hombre, es el fundamento de la relación estética en general y de la creación artística en particular.

Adolfo Granero, militante de IZAR Málaga.