¡Antes, durante o después de las elecciones, impondremos nuestras reivindicaciones mediante la lucha!
En 2012, muchos eran los que creían poder deshacerse de la política ultraliberal y antiobrera de Sarkozy votando por Hollande. Pero los cinco años de gobierno de los “socialistas” han estado marcados por el apoyo sin fisuras a la patronal. A este balance hay que añadirle el estado de emergencia y su amplio abanico de restricciones de derechos democráticos y de manifestaciones prohibidas, sin hablar de la caza a los inmigrantes. Hoy, está claro que muchas ilusiones se han ido disipando.
Nada que esperar de las presidenciales.
Sea cual sea el vencedor de las elecciones presidenciales, los y las trabajadoras, las clases populares y la juventud van a seguir recibiendo golpes muy duros.
En el mundo del trabajo y la juventud, nadie puede sentirse representado por un Fillon cuyos hijos han recibido 80 000 euros, cuya mujer ha recibido 500 000 euros de salario por no hacer nada… mientras que el salario mínimo (SMIC) sólo ha sido aumentado de 9 céntimos en el pasado mes de enero. Sin embargo, Fillon mantiene su candidatura, y se atreve a explicarnos que debemos aceptar seguir haciendo sacrificios en nombre de la crisis. Él y Macron compiten en la tarea de inventar nuevas fórmulas para ofrecer a la patronal a trabajador@s explotables y baratos y para mimar a los más ricos mientras engordan el bando de los más pobres. Ella también, Le Pen preconiza los regalos fiscales, la destrucción de la seguridad social y de los derechos de l@s asalariad@s. Y quiere cebarse sobre aquellos y aquellas que padecemos el racismo y que, muy a menudo, ocupamos los puestos más ingratos, precarios y mal pagados.
En cuanto a la izquierda, desde Hamon a Mélenchon pasando por Jadot, nos proponen votar y esperar. Sin embargo, las conquistas sociales nunca se consiguieron mediante una papeleta en una urna ni mediante la pasividad: éstas fueron posibles gracias a grandes luchas, a huelgas y a manifestaciones. El programa de esos políticos, es de hacernos volver a casa y de dejarles gestionar el sistema más o menos « socialmente ». Pero los años Mitterrand y Jospin – de los cuales Hamon y Mélenchon se reclaman – nos han demostrado que esa izquierda no vale mucho más desde un punto de vista de nuestras condiciones de vida.
La rabia de l@s trabajador@s y la política de las direcciones sindicales.
Los años de elecciones suelen ser periodos de tranquilidad social. Sin embargo, estos últimos meses, las movilizaciones han vuelto a ser numerosas, generalmente a escala local y en empresas y servicios de pequeño o mediano tamaño. En enero de 2017, se contabilizaban así dos veces más huelgas que en enero de 2016.
Aunque no haga las portadas de los periódicos, la rabia social está ahí, y eso que las organizaciones sindicales no hacen mucho por estimularlas. Dicha rabia se expresa cada vez más frecuentemente en conflictos por los salarios, los empleos o los servicios públicos, sin apoyo por parte de los aparatos sindicales hundidos en su política de « diálogo social » o limitándose a una orientación pasiva. Cada vez más luchas son llevadas a cabo en contra de la voluntad de las direcciones sindicales: por ejemplo, la de los docentes de los institutos en zonas de educación prioritaria, reagrupados en el seno del colectivo “No toques a mi ZEP” ; o también, la de l@s asalariad@s de la FNAC de los Campos Elíseos en París, que han arrancado una primera victoria después de 60 días de huelga por un aumento de los salarios y de las primas. La desmoralización, que las direcciones sindicales acostumbran a asociar al mundo del trabajo, es en realidad la suya. Aunque las estructuras sindicales no preparen ni organicen el combate – cuando no lo rechazan categóricamente -, una fracción de l@s trabajador@s sacan fuerza suficiente para iniciar la lucha. Pero sin apoyo real de las organizaciones obreras, esas luchas locales son pocas veces conocidas a gran escala, y sin un esfuerzo para extenderlas, permanecen dispersas y aisladas.
Durante el último periodo, la movilización contra la ley Trabajo ha sido la expresión colectiva la más visible de esa rabia y de esa combatividad, que algunos decían eran completamente imaginarias antes de la primavera de 2016. Muchos tertulianos se han extrañado de su duración y de su profundidad. Esa movilización sirvió como catalizador de numerosas huelgas económicas en empresas diversas, y de conflictos sociales en varios sectores (precari@s del espectáculo, parad@s y precari@s contra la reforma del paro, ferroviarios contra su reforma). El movimiento contra la ley Trabajo supuso una ocasión para volver a levantar la cabeza colectivamente, así como la posibilidad de construir el “tod@s junt@s”, esta huelga general que faltó durante las últimas movilizaciones contra la reforma de las jubilaciones o contra los despidos. La lucha contra la ley El Khomri ha vuelto a poner de actualidad el papel decisivo de la clase obrera: la conjunción de la huelga en las refinerías y en los astilleros, así como las amenazas contra los ferroviarios, alarmaron a la clase dirigente.
Pero de nuevo ahí, las direcciones tradicionales del movimiento obrero, por miedo a verse desbordadas, rechazaron la única estrategia que habría permitido ganar: la de la generalización y de la unificación. Esperaron que las movilizaciones estudiantiles se debilitaran para iniciar realmente la movilización en el mundo del trabajo, llamando a jornadas de acción espaciadas en el tiempo y rechazando comprometer a todos los sectores en el mismo momento en una huelga reconducible. Es evidente que lo que le faltó a la movilización fue una dirección obrera « lucha de clases », que tuviese una verdadera voluntad política de ir hasta el final, capaz de proponer una hoja de ruta coherente y de extender el movimiento para ganar.
Retomar la calle el 22 de abril, preparar el “tod@s junt@s”
El pasado 16 de febrero, un mitin cuyo lema era « Preparemos la primera vuelta social » congregó a cerca de 400 personas en Saint-Denis. Fue organizado por equipos sindicales y militantes combativos, que se reagruparon alrededor de la evidente necesidad de unificar las luchas y de poder invertir la correlación de fuerzas frente a la patronal; en esa perspectiva, se trataba también de hacer emerger una dirección alternativa a la de las confederaciones sindicales, para las movilizaciones, lo que hemos llamado en varios artículos y aportaciones un « polo obrero lucha de clases ». El éxito de ese mitin, y el llamamiento a manifestarse el 22 de abril 2017 que allí se hizo público, constituyen un nuevo paso que va en ese sentido.
Esos equipos militantes ya se habían conocido durante el movimiento contra la ley Trabajo o durante la movilización contra la condena de los obreros de Goodyear. A través de esos combates, verdaderos lazos han empezado a tejerse. Las concentraciones en Amiens los 19 y 20 de octubre de 2016 y del 11 de enero de 2017 fueron todo un éxito, sobre todo si tenemos en cuenta la pasividad de la confederación CGT en su preparación; durante esas concentraciones, un número importante de estructuras sindicales y de militantes de diferentes territorios se vieron para reivindicar la amnistía de todas las víctimas de la represión, pero también para defender la continuación de la lucha contra la ley Trabajo. Una nueva etapa se ha superado en enero, cuando varios sindicatos de la CGT propusieron ampliar a otros sindicatos que lo pidieran – incluso fuera de la CGT – la gestión de la caja de resistencia de huelga creada por Info’Com-CGT en la pasada primavera, que había conseguido recaudar más de 500 000 euros; durante ese mismo tiempo, proponen seguir con la colecta previendo futuras luchas.
Sindicalistas de diferentes horizontes, huelguistas, militantes antirracistas o por el derecho a la vivienda han tomado la palabra durante el mitin del 16 de febrero. Todas las intervenciones expresaron una rabia común contra un sistema capitalista que destroza vidas en el trabajo o en los barrios populares; un sistema que mete en la cárcel a jóvenes o a asalariad@s que se han atrevido a poner en tela de juicio el orden establecido, pero que sin embargo deja en libertad a los policías violadores y a los asesinos de Adama, o los Fillon que roban centenares de miles de euros. Esas intervenciones pusieron sobre todo sobre la mesa que las luchas de aquellas y aquellos que levantan la cabeza pueden remover este sistema. Pero para eso, necesitamos hacerlas converger, necesitamos golpear tod@s junt@s.
Durante el mitin, tod@s llamaron a manifestarse el próximo 22 de abril, día anterior de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, para demostrar que no habrá tregua. El llamamiento está hecho, pero nos corresponde a cada un@ de nosotr@s construirlo: en nuestros centros de trabajo, en nuestros sindicatos, en nuestras ciudades y barrios, hay que reforzar esta iniciativa, construir colectivos de movilización y convencer de participar masivamente a dicha manifestación. Huelgas nacionales han tenido lugar en marzo: el 6 y 7 en Pôle emploi, el 7 en la sanidad, el sector social, en los organismos de la seguridad social y de la función pública de Estado y territorial, el 8 entorno a la jornada por los derechos de las mujeres; con la manifestación contra el racismo y las violencias policiales del 19 de marzo, esas huelgas deben también ser etapas para el éxito de la manifestación del 22 de abril.
Como lo hemos dicho, vamos a apoyar este llamamiento para manifestarnos en todos los lugares donde podamos, y hasta en la propia campaña electoral. Ya que para nosotros no hay ninguna contradicción entre nuestra orientación, que pretende reagrupar desde hoy a las franjas más combativas del mundo del trabajo y de la juventud, y la necesidad de una candidatura para que se oiga una voz obrera, revolucionaria e internacionalista durante la elección presidencial. Al contrario: tratando de popularizar la idea de un “tod@s junt@s”, la candidatura de los revolucionarios no tiene otra función que la de proponer un programa de lucha, y hacerse portavoz de las reivindicaciones de los jóvenes y de l@s trabajador@s y de invitarl@s a que solamente cuente en sus propias fuerzas para imponerlas.