La policía de Yakarta advirtió al primera semana de octubre que no habría permiso para manifestarse porque la emergencia de covid, que en Indonesia, el 4º país más poblado de la tierra con cerca de 260 millones de habitantes, registra más de 300.000 casos y más de 11.000 víctimas, la mayoría de las cuales en Java, no permite reuniones. Pero la rabia de clase ha enardecido este mes a este rincón insular del sudeste asiático tras la aprobación en el parlamento de la llamada ley Ómnibus, una lesiva reforma laboral que desregula por completo el código de l@s trabajador@s indonesi@s.
La nueva reforma laboral modifica 79 leyes laborales para eliminar las licencias por maternidad, quitar los límites al trabajo por horas, eliminar el pago de horas extras, reducir al mínimo la indemnización por despidos sin justa causa, promover la subcontratación y transformar la forma de salario hacia la generalización del pago por horas. A ello se suma un paquete de medidas para desproteger el medio ambiente y darle rienda suelta al capital para destruir sin límites la naturaleza. Los arrestos en las protestas ascendieron a centenares porque la huelga sacudió varias ciudades de Indonesia, con las masivas concentraciones en Yakarta y Bandung del 6 al 8 de octubre.
El 28 de septiembre en una inédita conferencia de prensa los dirigentes sindicales de la Confederación Sindical de Indonesia (KSPI), la Confederación de Sindicatos de Trabajador@s de Indonesia (KSPSI AGN), KSPSI Yorrys y el Movimiento Nacional por el Bienestar (GEKANAS), exhortaron al parlamento y al gobierno a escuchar la voz de l@s trabajador@s y lanzaron el uiltimatum con la convocatoria de 3 días de huelga: “Millones de miembros sindicales de 30 provincias y 300 ciudades o distritos detendrán la producción y llamarán a una huelga nacional durante tres días. A partir del 29 de septiembre, realizaremos manifestaciones continuas enfrente del parlamento y el Ministerio de Coordinación de Asuntos Económicos”.
El paquete ultraneoliberal contó con el apoyo del ejecutivo del presidente Joko “Jokowi” Widodo, fue aprobado con el apoyo de 7 de los 9 partidos y los oponentes, el del ex presidente Yudhoyono y una formación islamista, prometen batallar mientras la Confederación de Sindicatos de Trabajador@s de Indonesia, con 5 millones de afiliad@s, quiere presentar el caso al Tribunal Constitucional. La ley es uno de los pilares de la reforma que Jokowi tiene en mente para hacer al país más productivo para competir mejor con sus rivales Malasia, Vietnam o Tailandia. En defintiva, se busca abaratar mucho más la mano de obra y empeorar las condiciones laborales para que los capitalistas exploten a sus anchas a la clase obrera.
Para el presidente, sin embargo, es fundamental esta reforma laboral para la modernización de Indonesia y permitirá al menos la creación de 2 a 3 millones de nuevos puestos de trabajo. Como explicó el propio Jokowi antes de la votación a la BBC: “Queremos simplificar los procesos burocráticos de autorización y queremos rapidez con una armonización de la ley que cree servicios rápidos y una rápida definición de políticas para que Indonesia responda más rápido a la velocidad a la que cambia el mundo”.