huelgacoreasurEl 19 de noviembre, centenares de miles de surcorean@s salieron a la calle en Seúl y en otras ciudades para pedir la dimisión inmediata de la presidenta Park Geun-hye. Esa cita era la 4ª de una serie de manifestaciones de masas, semanales, desde octubre, desde que se ha sabido públicamente que la presidenta era aconsejada en secreto por Choi Soon-sil, un amigo de 40 años, que no tenía cargo oficial en el gobierno.

El escándalo de favoritismo y corrupción ha desencadenado la crisis política más grave en Corea del Sur desde hace décadas. La manifestación más amplia tuvo lugar el 12 de noviembre, cuando más de 1 millón de personas se congregaron en el centro de Seúl. Ésta fue la mayor manifestación antigubernamental desde el estallido del movimiento democrático de junio de 1987, cuando l@s surcorean@s forzaron al régimen militar a un elección presidencial libre que abrieron la vía al final de la dictadura.

La presidenta Park es la hija de Park Chung-hee, un dictador militar que gobernó Corea del Sur durante 18 años a partir del golpe de estado militar de mayo de 1961 hasta que fue asesinado en 1979. La amistad entre Park y su confidente Choi Soon-sil se remonta a los años 70. Él es sospechoso de haber utilizado sus estrechos vínculos con Park para presionar a las grandes empresas de Corea del Sur para hacer “donaciones” de cerca de 77,4 millones de won. Se sospecha detrás de asuntos de estado en la elección de los funcionarios y acceso a información clasificada.

Los siguientes documentos relacionados con la investigación convirtieron a la presidenta Park en principal culpable del escándalo de corrupción. Las acusaciones de corrupción, abuso de poder, malversación y favoritismo despertaron la ira de la población y la demanda de destitución. En las encuestas, el índice de aprobación de Park cayó al 5%, la más baja en la historia de Corea del Sur.

Mientras que en la calle la gente reclama la dimisión inmediata de Park, los partidos de la oposición, aunque enardecidos por las protestas masivas, no están preparados para apoyar la destitución de Park, pues temen, si los dos tercios del parlamento no avalan el impeachment, un efecto negativo sobre la elección presidencial el próximo año, entre otros para el Partido demócrata, que dispone de 122 escaños sobre 300. Parece que les interese más contener la rabia social y canalizarla hacia su victoria electoral.

Las y los surcorean@s muestran su furia contra la corrupción que implica a Park y su entorno. Pero no es la única razón por la que hay una protesta de tal calibre. Cuando se convirtió en la primera mujer presidenta de Corea del Sur en 2013, Park prometió reformas económicas radicales para disminuir la desigualdad creciente entre ricos y pobres y hacer frente al paro y a una economía estancada. Ella dijo que ayudaría al país a repetir el “milagro sobre el río Han”, fórmula que hacía referencia al rápido desarrollo económico bajo la presidencia de su padre.

La privatización de la salud y del ferrocarril estatal también está en marcha, lo que provocó las recientes huelgas de trabajador@s en estos sectores. En coordinación con los Estados Unidos, en julio de 2016 anunció el despliegue de un área terminal de Defensa para un sistema de misiles antibalísticos en una zona rural en el sureste de Corea del Sur, en Seongju, amenazando el medio ambiente y los agricultores que viven allí, y provocando un importante movimiento de oposición.

La promesa de Park del “milagro sobre el río Han” se ha convertido en una pesadilla para la mayoría de las y los surcorean@s. A medida que crecía el descontento popular, Park abandonó el Geun-hye, el partido gobernante, y perdió su mayoría parlamentaria en las elecciones generales celebradas en abril el año 2016. La quinta manifestación masiva prevista para el sábado 25 de noviembre se espera que atraiga a más personas y supere los 2 millones.