El futuro gobierno: cuáles serán sus márgenes
No ha tardado mucho el PSOE en ponerse manos a la obra para tratar de tranquilizar a empresarios y a la UE. En su primera comparecencia pública, desde que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anunciaran su acuerdo para conformar un gobierno de coalición, el actual presidente en funciones ha insistido en el VI Congreso de empresas familiares de Europa que “los objetivos de estabilidad acordados con la UE formarán parte de los ejes vectores del nuevo ejecutivo”, a la vez que afirmaba que “las prioridades sociales son marcadas, pero estarán dentro de los márgenes financieros que permite la realidad económica”.
En cuanto a Unidas Podemos y Pablo Iglesias, éste ya ha empezado a mostrar su lealtad con el nuevo gobierno tratando de proteger a su socio el PSOE al conocerse la sentencia de los EREs afirmando en su cuenta de twitter que “el bipartidismo trajo corrupción y arrogancia. Llegarán más sentencias como esta que retratan una época. España ha cambiado y no volverá a tolerar la corrupción. Ahora se abre la oportunidad de defender la justicia social y garantizar la limpieza de las instituciones”.
Parece claro por dónde irán los tiros de este futuro gobierno si consigue ser investido: ninguna ruptura por parte de Sánchez con la estabilidad presupuestaria impuesta por la UE, que ya se cifra en ajustes adicionales por valor de 9600 millones de euros, de más medidas para controlar la deuda y de atacar las pensiones en la línea de lo que ya hicieron Zapatero en 2011 y Rajoy en 2013, y por otro lado blanqueamiento de dicha política por Iglesias y Garzón con la consiguiente desmovilización en las calles y el más que probable ascenso electoral a medio plazo de la extrema derecha.
Hay que levantar un frente social que se enfrente a los recortes y políticas antisociales vengan del gobierno que vengan como dique de contención contra la extrema derecha
No negamos que este preacuerdo de gobierno entre PSOE y UP haya podido generar simpatía y alivio entre un sector importante de l@s trabajador@s y la juventud al ser considerado como la única alternativa posible a las derechas y a la extrema derecha. Sin embargo, sí negamos que este futuro gobierno vaya a enfrentarse a las imposiciones antisociales de la UE así como a los intereses de los ricos del estado español o vaya a respetar los derechos democráticos del pueblo catalán. Sobre eso no hay ninguna duda.
Los argumentos tales como “vamos a darles tiempo hasta ver qué hacen” o “es el único viable” deben ser rechazados. Sabemos qué hacen y qué tipo de gobiernos son los encabezados por el PSOE en solitario o acompañados de IU y ahora Unidas Podemos. Los ejemplos de cogobiernos autonómicos como el de Andalucía en 2012 o el de Castilla-La-Mancha hasta hace unos meses no dejan lugar a dudas: nada de gobiernos-muralla frente a las políticas antisociales y de recortes. Al contrario, estos supuestos “gobiernos de izquierdas” acaban aplicando políticas de derechas.
Frente a eso hay dos posibilidades: o callarnos con el argumento de darles tiempo y de aceptar el mal menor o bien organizar desde ya un frente social como única garantía para frenar dichas políticas antiobreras vengan del gobierno que vengan. Optamos por la segunda y para eso no hay tiempo que perder, ya que sabemos a ciencia cierta qué ocurre cuando un supuesto gobierno progresista aplica políticas de derechas sin movilizaciones de masas en la calle ni alternativas a su izquierda: crecimiento aún mayor la extrema derecha.
La izquierda anticapitalista y revolucionaria, la izquierda soberanista e independentista, la izquierda sindical combativa: tenemos que asumir nuestras responsabilidades desde ya
Creemos que hay que reagrupar en un frente social a todas aquellas organizaciones y sectores políticos, sociales y sindicales que están dispuestos a movilizarse contra las políticas de derechas aunque las lleve a cabo un gobierno del PSOE y Unidas Podemos. Sabemos que las direcciones sindicales y las de la izquierda institucional a la izquierda del PSOE van a tratar de desmovilizar y hacer tragar la píldora del mal menor y del posibilismo. Sin embargo much@s sindicalistas, militantes y activistas de dichas organizaciones seguirán enfrentándose en sus centros de trabajo, de estudio y barrios a las consecuencias de esas políticas.
La tarea de la izquierda anticapitalista y revolucionaria, de la izquierda soberanista e independentista y de los sectores sindicales más combativos, a pesar de sus diferencias, debe ser reagrupar a todos esos sectores con la idea de establecer una hoja de ruta combativa e independiente de quienes no quieren movilizar, que nos permita hacer converger nuestras manifestaciones, huelgas y asambleas. Hay que levantar un frente social que ligue las luchas sectoriales con la necesidad de imponer un programa de urgencia social que integre la subida de los salarios, la cuestión de la expropiación de la tierra de los grandes terratenientes y de las viviendas vacías en manos de los bancos para ponerlas a disposición social.
Un programa que ponga sobre la mesa la negación del pago de la deuda para defender nuestros servicios públicos, la devolución del dinero público para rescatar a las entidades financieras, la derogación de las reformas laborales, de la LOMCE, la ley mordaza, el pensionazo, la creación de servicios públicos que permitan la socialización de los cuidados, la igualdad salarial entre hombres y mujeres, la lucha contra el cambio climático expropiando a las grandes empresas como Repsol, responsables del 71% de las emisiones contaminantes…
Defender esa política no tiene nada que ver con ser vigilante y esperar a ver qué hace el futuro gobierno. Defender es política es asumir que sabemos qué han hecho este tipo de gobiernos en los últimos 40 años y qué van a seguir haciendo, y por tanto desconfiar y movilizar organizando una respuesta en la calle. Las conquistas sociales nunca vinieron de la mano de ningún programa electoral ni de ningún debate parlamentario, sino de las movilizaciones sostenidas y las huelgas.
Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR estamos convencid@s de que eso es lo que hay que construir, lo que hay que fortalecer y lo único que puede dar paso a una izquierda consecuente que asuma que para cambiar la vida de l@s que sufrimos las consecuencias de la crisis hay que enfrentarse a los intereses de los capitalistas y a un sistema que se basa en el enriquecimiento de esa minoría.